Vistas de página en total

jueves, 26 de noviembre de 2015

Cómo Cambia tu Vida Cuando Dejas de Esperar


Cómo Cambia tu Vida Cuando Dejas de Esperar

 

 Evgenia Medvedeva reflexiona sobre lo importante que es liberar la conciencia de las expectativas eternas y lo que aquellas pueden causar.

Cosas-que-quiero-que-mi-novio-haga-por-mi-10-730x584

Dejé de vivir en el modo de espera… Y en ese mismo momento sentí una levedad absoluta en mi alma, es como si empezara a vivir en realidad; antes de eso sólo pensaba en cómo tenía que vivir y ahora de un momento para otro por fin empecé a hacerlo. Dejé de esperar algo de mí… Antes esperaba que algún día se descubriera todo mi potencial, que escribiría muchos artículos, o mejor unos 10 libros, que crearía algo fabuloso y cosas por el estilo.
Dejé de esperar resultados de mí misma. Dejé de esperar algo de los demás: que me valoren, que hagan algo bueno para mí, que sean amables conmigo, que sean responsables… Dejé de esperar un cierto comportamiento de mi pareja: que me entienda y que empiece a hacer lo que yo quiera…
Dejé de esperar el dinero, acepté las cantidades que ya tenía. Dejé de esperar y exigirle a la vida lo que ella no me daba… me sentía injustificadamente privada de algunas cosas, creía que me empeñaba mucho en lograr el éxito y que algunas personas sin hacer nada obtenían mejores resultados que yo.
También dejé de esperar que mañana todo fuera maravilloso y ya no tuviera problemas. La parte infantil de mi alma quería una tranquilidad y serenidad. Hasta que la parte adulta no se diera cuenta de que la tranquilidad y la serenidad existían en mi interior, y que no dependían de los asuntos exteriores que necesitaba solucionar.
Dejé de vivir en el modo de espera… Ya no me importa qué pasará mañana. Antes me importaba que sólo pasaran cosas buenas y que todo tenía que estar bien. Porque antes tenía miedo de que podía pasar algo con lo que no pudiera lidiar… Y dejé ir mis expectativas de futuro, diciéndome a mí misma: “Pase lo que pase. Todo saldrá de la mejor manera para mí“. Claro que tengo algunos planes que quiero realizar pero resulta que mis planes y lo que yo pienso acerca de ellos son bastante ridículos a comparación de las oportunidades que la vida me prepara.
Las expectativas detienen la energía y la enfocan sólo en un par de opciones. Por lo general, en algo que ya tienes en tu mente. Esto no deja que la energía fluya y al mismo tiempo impide que la vida te obsequie lo mejor para ti… Y ”lo mejor“, por lo general, es algo que no esperas en absoluto.
Siempre estaba esperando algo, mi mente creaba una cadena de eventos que yo quería que pasaran en mi vida, y por lo tanto mi cabeza siempre estaba trabajando bajo presión para seguir cumpliendo con mis expectativas y no olvidarme de nada.
Siempre me atormentaba la pregunta “¿Cómo?” porque no sabía cómo lograr las cosas que yo misma estaba esperando de mí. Lo más curioso es que encontraba respuestas sólo cuando dejaba de pensar en la pregunta, porque de antemano quería saber cómo iban a suceder las cosas, lo cual simplemente es imposible.
Antes para poder hacer algo tenía que pasar por un proceso de preparación mental, el cual era muy largo y doloroso, y a veces me tardaba tanto que ya no tenía fuerzas para actuar. Y de hecho ya ni quería actuar. Es como cuando aplicas todas tus fuerzas en prepararte para un examen, te pasas tanto tiempo repasando y revisando tus apuntes, que cuando llega la hora del mismo examen ya no te quedan fuerzas y no eres capaz de demostrar lo mejor de ti. Cuando esta situación me hartó, dejé que pasara una revolución en mi interior:
Sea lo que sea, pase lo que pase… Dios mío, ni te imaginas que alivio sentí, me dejó de importar el ”¿cómo?“… Me relajé: va a pasar lo que tenga que pasar…
Desde entonces en mi vida empezaron a suceder milagros:
  1. Comencé a escucharme mejor a mí misma, se me empezaron a ocurrir ideas interesantes. Comencé a escucharlas y me di cuenta de que podía realizarlas sin entender aún cómo. Pero en el proceso de intentar hacer mis ideas realidad siempre encontraba la mejor manera.
  2. Empecé a ser más eficiente y a hacer más cosas porque ya no me preparo mentalmente para hacerlas sino que las hago. Me sorprendí de que todo empezara a salir mejor.
  3. Empecé a pedir sólo aquello que necesito en este mismo momento y rechazar lo que no sea necesario, y ya no me importa si los demás me entienden o no.
  4. En mi vida empezaron a pasar tantas cosas que casi no tengo tiempo libre, pero lo más sorprendente de todo es que con un esfuerzo mínimo logro hacerlo todo. Además yo misma empecé a darles forma a algunos eventos importantes en lugar de simplemente reaccionar a las cosas que me suceden.
  5. ¡Y cuántas personas interesantes no he conocido! Me asombra que ahora conozco a la gente en las calles, en los supermercados, en los elevadores -donde sea- y ya no me pregunto ”¿cómo y dónde puedo conocer gente nueva?“.
  6. ¡Y cuántas veces no me he encontrado en el momento adecuado en el lugar correcto! Los eventos empezaron a alinearse de manera perfecta y llevarme a donde yo quería llegar en ese momento.
  7. Mis cuentas en el supermercado bajaron 2 veces: antes me compraba un montón de cosas y al mismo tiempo sentía que no eran suficientes, y ahora sólo compro los productos de calidad pero a precio normal.
Mi vida se empezó a llenar de muchas cosas nuevas que llegan por su cuenta. Incluso las ideas que antes no me funcionaban ahora cobran sentido. No me daba cuenta de los regalos que la vida me ofrecía en ese mismo momento y lamentaba y me quejaba de todo aquello que no me daba. Yo simplemente no me daba cuenta y no veía sus obsequios, siempre esperando algo más que eso y buscando una respuesta a la pregunta “¿cómo lograrlo?”.
Todo resultó ser más sencillo: decidí que ya no necesitaba controlar mi vida y saber cómo van a pasar las cosas, simplemente dejé ir todas mis expectativas porque sé que todo saldrá de la mejor manera posible para mí. Empecé a sentir cómo fluye la vida, cómo cambia y se ajusta, y aprendí a aceptar lo que la vida me ofrece en este mismo momento.


Fuente: OK

Cortesía de  http://www.elciudadano.cl

Un Mil Bendiciones y Una Más
Sol Monasterio

miércoles, 18 de noviembre de 2015

5 Heridas Emocionales de la Infancia que Persisten Cuando Somos Adultos

5 Heridas Emocionales de la Infancia que Persisten Cuando Somos Adultos


5 heridas emocionales de la infancia que persisten cuando somos adultos     

Es bastante común, por desgracia, que nuestra salud emocional esté dañada desde la infancia. A menudo no somos conscientes de qué es lo que nos bloquea, lo que nos da vértigo o lo que nos provoca temor.
En gran parte de estos casos, el origen está en lo aprendido cuando éramos niños, esas heridas que nos han ocasionado nuestras primeras experiencias con el mundo y que no hemos podido sanar.
Las heridas emocionales son experiencias dolorosas de la niñez que conforman nuestra personalidad adulta, quiénes somos y cómo afrontaremos las adversidades.
Debemos de hacernos conscientes de ellas y, por tanto, evitar maquillarlas, pues, cuanto más tiempo esperemos a sanarlas, más profundas se harán. El miedo a revivir elsufrimiento que nos causaron hace que nos pongamos cientos de máscaras que solo dificultarán nuestro movimiento por la vida. Eso es, precisamente, lo que tenemos que evitar.
Traición, humillación, desconfianza, abandono, injusticia… Son algunas de las heridas que Lisa Bourbeau nos señala en su libro Las cinco heridas que impiden ser uno mismo.Veamos a continuación cómo podemos identificarlas:

1. El miedo al abandono

El desamparo es el peor enemigo de quien vivió el abandono en su infancia. Imagínense lo doloroso que tiene que ser para un niño sentir el miedo de estar solo, aislado y desprotegido ante un mundo que no conoce.
melani sie
Como consecuencia, cuando el niño desamparado sea adulto, intentará prevenir el hecho de volver a sufrir el abandono. Por lo tanto, quien lo haya padecido, tenderá a abandonar tanto a sus parejas como a sus proyectos de forma temprana. Esto responde, única y exclusivamente, al temor que le ocasiona revivir aquel sufrimiento.
Es muy común que estas personas hablen o piensen de esta forma: “Te dejo antes de que tú me dejes a mí”, “nadie me apoya, no estoy dispuesto a soportar esto”, “si te vas, no vuelvas…”.
Estas personas tendrán que trabajar su miedo a la soledad, su temor a ser abandonados y su rechazo al contacto físico (abrazos, besos, contactos sexuales…).Esta herida no es fácil de curar, pero un buen comienzo para cicatrizarla es afrontar el temor a quedarse solos hasta que fluya un diálogo interior positivo y esperanzador.

2. El miedo al rechazo

Esta herida impide que aceptemos nuestros sentimientos, nuestros pensamientos y nuestras vivencias.
Su aparición en la niñez está ocasionada por el rechazo de los progenitores, de la familia o de los iguales. El dolor que se genera por esta herida impide una construcción adecuada de la autoestima y del amor propio de la persona que lo padece.
Genera pensamientos de rechazo, de no ser deseado y de descalificación hacia uno mismo. 
Ese niño rechazado no se siente merecedor de afecto ni de comprensión y lo que le hace aislarse por temor a volver a experimentar este sufrimiento.
Es probable que el adulto que fue un niño rechazado sea una persona huidiza. Por esta razón, se deben trabajar los miedos internos que generen situaciones de pánico.
Si es tu caso, ocúpate de tu lugar, de arriesgar y de tomar decisiones por ti mismo. Cada vez te molestará menos que la gente se aleje y no te tomarás como algo personal que se olviden de ti en algún momento. Tú eres la única persona que necesitas para vivir.

3. La humillación

Esta herida se genera cuando sentimos que los demás nos desaprueban y nos critican. Podemos crear estos problemas en nuestros niños diciéndoles que son torpes, malos o unos pesados, así como aireando sus problemas ante los demás (algo que es, tristemente, muy común). Esto, sin duda, destruye la autoestima infantil y, por tanto, dificulta la posibilidad de cultivar un amor propio saludable.
miedo
El tipo de personalidad que se genera con frecuencia es una personalidad dependiente. Además, podemos haber aprendido a ser “tiranos” y egoístas como un mecanismo de defensa, e incluso a humillar a los demás como escudo protector.
Haber sufrido este tipo de experiencias requiere que trabajemos nuestra independencia, nuestra libertad, la comprensión de nuestras necesidades y temores, así como nuestras prioridades.

4. La traición o el miedo a confiar

Esta herida se abre cuando personas cercanas al niño no cumplen sus promesas, haciendo que se sienta traicionado y engañado. Como consecuencia, se genera una desconfianza que se puede transformar en envidia y en otros sentimientos negativos, por no sentirse merecedor de lo prometido y de lo que otros tienen.
Padecer estos problemas en la infancia construye personalidades controladoras y perfeccionistas. Son personas que quieren tenerlo todo atado y reatado, sin dejar nada al azar.
mcsss
Si has padecido estos problemas en la infancia, es probable que sientas la necesidad de ejercer cierto control sobre los demás. Esto se justifica, frecuentemente, por la presencia de un carácter fuerte; sin embargo, digamos que obedece a un mecanismo de defensa, un escudo de protección ante el desengaño.
Estas personas suelen confirmar sus errores por su forma de actuar, haciendo así que se cumplan sus prejuicios. Tienen que trabajar la paciencia, la tolerancia y el saber vivir, así como aprender a estar solos y a delegar responsabilidades.

5. La injusticia

El sentimiento de injusticia entra en juego en hogares en los que los cuidadores principales son fríos y autoritarios. Una exigencia excesiva genera sentimientos de ineficacia y de inutilidad, tanto en la niñez como en la edad adulta.
Albert Einstein sintetizó esta idea muy bien con su archiconocida frase “Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar un árbol, vivirá toda su vida creyendo que es estúpido”.
Como consecuencia, quien experimente este dolor, puede llegar a ser una persona rígida que no admita medias tintas en ningún orden de su vida. Suelen ser personas que intentan ser muy importantes y alcanzar un gran poder.
Es probable que se haya creado un fanatismo por el orden, el perfeccionismo o, incluso, por el caos. La cuestión es que son personas que radicalizan sus ideas y, por ello, tienen dificultades para tomar decisiones con seguridad.
Para hacer frente a estos problemas hay que trabajar la suspicacia y la rigidez mental, con objeto de generar una mayor flexibilidad y permitir la confianza en los demás.
Ahora que ya conocemos las cinco heridas del alma que pueden afectar a nuestro bienestar, a nuestra salud y a nuestra capacidad para desarrollarnos como personas, podemos comenzar a sanarlas.
El primer paso, como todo en la vida, es aceptar que las heridas están en nosotros, darnos permiso para enfadarnos y, sobre todo, darnos tiempo para superarlo.
 Bourbeau, L. (2003) Las cinco heridas que impiden ser uno mismo. OB Stare.

http://mejorconsalud.com


Un Mil Bendiciones y Una Más
Sol Monasterio


Cómo es tu relación de pareja según el tipo de padre que tienes

Cómo es tu relación de pareja según el tipo de padre que tienes



Cómo es tu relación de pareja según el tipo de padre que tienes


Cómo influye la figura paterna en las mujeres es un tema que, definitivamente, sigue siendo motivo de análisis. Y es que hay quienes la desestiman, mientras otros le dan una importancia gravitante en lo que será el futuro de una hija, incluso, en sus relaciones de pareja.

¿Pero qué tan cierto es? Estudios lo ratifican; el vínculo de una mujer con su padre es determinante en su autoestima, y en las elecciones del tipo de hombre que escoge como pareja. “En eso hay coincidencia en las distintas líneas psicológicas. En mi experiencia, en lo que tiene más influencia es la elección de pareja y en la autoestima. Un padre ideal, es decir, presente, cariñoso, apoyador, capaz laboralmente, querido y respetado por su esposa, generalmente se traduce en un regalo de autoestima y buena elección de pareja para sus hijas. En la realidad, eso sí, un padre perfecto es aquel que la mayor parte del tiempo es un buen padre; con defectos por supuesto, que se equivoca también, pero nunca llega a extremos. En general es una persona sicológicamente sana, y agradecido con su vida lo suficiente. Por el contrario, un padre ausente, castigador, con problemas sicológicos graves, excesivamente débil, inmaduro, entre otros, afectará en forma negativa a sus hijas y les dejará la difícil tarea de superar esa marca”, explica la sicóloga María Luisa Gumucio.

Sin ir más lejos, Edmundo Campusano, sicólogo y docente, detalla que la figura paterna dice relación con aspectos como la autoridad, la guía, el deber y la fortaleza. “Como también, de algún modo, se relaciona con la construcción de la identidad de la mujer en lo referido a validarse y saber respetarse a si misma. En general es la figura del padre la que imprime ese aspecto en la formación personal”, explica.

El experto agrega que el padre es el representante más cercano que tiene del sexo “opuesto”, aquel en el que ve aquellas características de los hombres y con quienes podrá vincularse en el futuro. Esta figura y esta relación le permiten ver la masculinidad, no sólo cuando fue criada, sino también en el presente.

El padre es el representante de la sociedad, el que transmite “el deber ser”, la norma, aquellas cosas que si bien son difíciles de asimilar en etapas tempranas del desarrollo, no por ello son menos importantes para una buena adaptación a la vida futura. Por este motivo, si éste lleva a cabo esta tarea de forma autoritaria, la mujer tendrá mas dificultades en la adaptación a ellas y, por el contrario, si es contenedor, un guía pero con afecto, este aprendizaje será más fácil y de mayor adaptabilidad en el futuro.

¿CÓMO ES TU PADRE?

Padre ausente

Edmundo Campusano señala que las mujeres que tienen padre ausente pueden desarrollar falta de confianza personal, sentir que no se está apoyada en la vida y que no cuentan con la protección necesaria para seguir adelante. A veces, también, pueden generar la sensación de no tener una estructura familiar “tipo” (aún cuando estén separados puede estar o no la figura paterna), de no ser parte de ese grupo de contención emocional primario. Esto puede repercutir en la vida emocional y, en consecuencia, no confiar en sus decisiones y estar siempre dudando de si misma en diversos ámbitos.

De acuerdo a María Luisa Godoy, hay 2 efectos que pueden verse en una hija de padre ausente con respecto a la elección de pareja:

1) Profundas heridas en el amor y la autoestima, que la lleva a elegir parejas que aportan poco. No sentirse “merecedora” del amor, convencida de ser incapaz de tener una pareja que valga la pena; muy insegura; fea; celosa; poco interesante, por lo que no busca o rechaza inconscientemente parejas valiosas, y a cambio acepta hombres que tienen poco para ofrecer pero que generalmente son cariñosos, con los que llena el vacío.

2) Autosuficiencia. Ya que no tuvo un padre que la protegiera aprendió a cubrir ella sus necesidades; “no necesito a nadie” es su lema, detrás de lo cual está el dolor de “no tuve a quien necesité”, lo que puede llevarla a no armar pareja o bien a elegir un hombre que no le importe, que sólo sea funcional a sus necesidades. Es decir, puede ser una mujer que no se arriesga, no se entrega al amor y huye de las relaciones realmente significativas.

Padre excesivamente sobreprotector

Campusano señala que es probable que un padre así anule, de algún modo, el proceso de madurez emocional, la capacidad de crecimiento y de poder desarrollarse y arreglárselas por sí misma. Puede contribuir a crecer, pero emocionalmente será frágil e inestable. La sobreprotección, en el fondo, crea en ella una especie de incapacidad vital. Esto es complejo, ya que está muy ligado a la sensación de ser siempre una niña, que no se la puede sola, lo que tiene efectos en la vida social, de pareja y laboral. A esto María Luisa Gumucio agrega escenarios o consecuencias posibles.

1) Puede mantenerse como una niña mimada que buscará una pareja que se haga totalmente cargo de ella, con tendencia a deprimirse o entrar en pánico frente a las dificultades de la vida.

2) Rebeldía, que se ponga en peligro –ya que no aprendió a cuidarse por ella misma– y elija desafiantemente parejas muy inapropiadas y contrarias a los deseos de sus padres.

Padre castigador

A juicio de Edmundo Campusano, el castigo bien utilizado sí es una herramienta en la formación. Pero si es sólo castigo, sin compresión, o cuando es recurrentemente castigador, la figura de poder y autoridad del padre genera daños importantes en el desarrollo sicológico, ya que se crece asustada, con la sensación de falla personal, de ser un “error”; en estos casos, la imagen personal queda construida sobre la idea de no ser válida, de no cumplir “con lo que se debe”, de estar constantemente en “un error”. A eso debemos agregar que el castigo viene precisamente de la figura que debería darle el soporte necesario para sentirse apoyada, que “nada malo va a pasarle si se equivoca”.

De esta manera, detalla, al crecer puede haber una constante sensación de miedo, de esconderse en los diversos espacios de la vida, buscar estar siempre detrás o querer pasar inadvertida y no atreverse a ser visible.

Para María Luisa Gumucio, esta crianza también tiene 2 efectos:

1) Baja autoestima y tendencia masoquista, que lleva a repetir el modelo y aceptar hombres abusivos y maltratadores, muchas veces guardando las apariencias y manteniendo en secreto su situación.

2) “Nadie más me va a maltratar”, la mujer se endurece y no tiene pareja, o bien ella se vuelve maltratadora con el sexo opuesto o elije un hombre muy débil, muy femenino, que no signifique ningún riesgo, pero que tampoco le importa realmente. Es decir, cierra su corazón.

Padre inmaduro

“Depende del tipo de inmadurez, en qué se haya traducido; si es un padre inconstante pero cariñoso cuando aparece, es menos marcador que los casos anteriores, porque el cariño está. Es posible que la hija –al crecer– acepte a este padre incumplidor, niño, pero que la quiere; puede generar rabia, una actitud maternal con el padre que también la lleve a actitudes maternales con las parejas. Le puede costar dejarse cuidar y proteger, porque no tiene la experiencia. También puede generar angustia fácil, ya que se incorporó la experiencia de la incertidumbre y falta de constancia en el amor, lo que puede generalizarse a lo bueno de la vida; es decir, que cuando las cosas van bien la mujer tema que ‘algo malo va a pasar’”, señala Gumucio.

Desde la perspectiva de Campusano, “lo que más se ve en estos casos es que muchas mujeres asumen un rol de cuidadores de estos padres y, de algún modo, parecieran más ‘maduras’ de la edad que tienen. Lo complejo es que se adelanta la adultez y se tienen que asumir roles que no son propias de su edad y para los cuales tampoco están capacitadas. Hay un costo emocional, y lo peor es que siente que tiene que cuidar a su padre para siempre; algunas incluso sacrifican sus propios deseos y proyectos vitales en pro de mantener y cuidar a este padre inmaduro”.

Evidentemente, también existe el equilibrio. “Un padre ideal, es decir, presente, cariñoso, apoyador, capaz laboralmente, querido y respetado por su esposa, generalmente se traduce en un regalo de autoestima y buena elección de pareja para sus hijas. En la realidad, un padre perfecto es aquel que la mayor parte del tiempo es un buen papá; tiene defectos, por supuesto, se equivoca también, pero nunca llega a extremos”, dice María Luisa.

Este tipo de relación sana trae consecuencias positivas. “Estas mujeres tienen un equilibro interesante de aspectos masculinos y femeninos; pueden ser tan autosuficientes y capaces de competir como de manejar sus afectos y ser sensibles y expresivas. En general pueden vivir su vida afectiva sin alteraciones, y lograr una relación plena, afectiva y sexualmente hablando, al igual que en los diversos espacios laborales, sociales, etcétera”.

Es importante señalar que si bien es fundamental ambas figuras en las vidas de las mujeres (padre y madre), el que una no esté no necesariamente se traducirá en complicaciones en el desarrollo y en la vida adulta. “Muchas veces esas características de figura paterna son reemplazadas por otra persona, como abuelos, tíos, amigos; incluso muchas madres cumplen ambos roles y colaboran en hacer presente aquellos aspectos necesarios para el bienestar del proceso de crecimiento”, asegura Edmundo Campusano.

Por ultimo, hay que señalar que aún cuando no se haya tenido la figura paterna del modo más sano, siempre se puede reparar, siempre se puede tomar conciencia de aquellos aspectos que dificultan la vida y que se relacionan con la figura paterna, y sanarlos.

Todo depende

María Luisa Gumucio señala que las consecuencias o efectos del tipo de padre que se tuvo varían de una mujer a otra, no hay un patrón de conducta. ¿Por qué? Diferentes motivos:

1) Las características propias de la hija. Las personas más resilientes, es decir, con más capacidad de superar las dificultades y fortalecerse a raíz de ellas, puede que lo superen, logren muy buena autoestima y elijan una buena pareja. En cambio, habrá otras que necesitarán de un trabajo personal para lograr sanar las heridas y tener una vida plena.

2) El otro factor clave es el entorno, sus factores de riesgo y protección, cómo es la mamá, el colegio en que se desenvuelve, sus abuelos, tíos, primos, su barrio, su salud e incluso su belleza física, así como sus propias circunstancias de vida de niña. 


Por Carla Ingus M.

Cortesía de http://www.elintransigente.com/mundo




Un Mil Bendiciones y Una Más
Sol Monasterio

LAS HERIDAS DEL PADRE AUSENTE

padres-separados



LAS HERIDAS DEL PADRE AUSENTE


Muchas mujeres compartimos algunas de estas inquietudes como: Me faltó mi padre en mi vida. Estaba ausente. No supe acercarme a él. No pudimos comunicarnos. La relación fue desastrosa o la versión fue tan increíble que lo busco en mis parejas. Todas necesitamos de un padre y la ausencia de éste nos dejan heridas que suelen generar una postura bastante ambivalente en nuestra vida profesional y personal. Cuando un papá no se hace presente el temor frente a la pareja es muy frecuente. Además de que suelen desvalorizarse a si mismas. O que llegan a vivir desconfiando de sus sentimientos.

¿Para qué sirve un padre en la vida de las mujeres?

Un padre es muy importante en la vida de todas las personas. Una figura que debemos reconocer ha sido muy opacada por la madre. El padre genera fuerza, seguridad, confianza, manejo de límites y poder personal. ¿Te parece importante? Definitivamente lo es. La relación con el padre es la que determina cuan exitosa o no serán en sus relaciones con los hombres, lo cual en gran medida, se traducirán la estima que tengan de si mismas.  Por otro lado es fundamental entender la proposición freudana de que en la vida de la mujer, su padre es su primer amor, en sentido figurado. La hija traslada la imagen de papi al hombre que ama, si papá fue funcional es probable que la mujer se sienta inclinada a repetir la experiencia y busque/encuentre un hombre psicológicamente sano. Es decir, si papá fue un hombre cálido, enterado de las necesidades tanto psicológicas como físicas de la hija (techo, comida, salud, escuelas, diversiones, cariño, respeto del desarrollo sano de la individualidad de la hija, de su necesidad de pertenencia al grupo familiar, de la evolución de sus apegos, primero a los padres y hermanos, después a los amigos, y posteriormente , al novio que la llevará fuera del núcleo familiar), entonces ésta, como es fácil de imaginar, querrá y podrá encontrar en otro hombre las características tan sanas que componen la personalidad del padre y que le reflejen sentimientos de vida hacia los hombres.  
Por desgracia, aunque esto último sucede, no es la generalidad. Otro beneficio de tener un “buen padre” es desarrollar niveles de independencia altos y a la hora d tener un novio se demore la iniciación de la vida sexual.

¿Qué tipo de padre tuviste?

El ausente físicamente

Un padre ausente genera hijas necesitadas de pareja y con un miedo terrible al abandono. Suelen apegarse asfixiantemente y es sumamente importante trabajar con estas mujeres el desapego. De lo contrario cualquier hombre que se relacione con ellas se sentirá asfixiado en poco tiempo.
Es probable que se busquen relaciones dependientes donde nunca sera suficiente el amor ni la atención de la otra persona. Para aumentar la herida se buscarán personas poco comprometidas y que tienen el cartel en la frente “te abandonare”. 

El ausente emocionalmente

Una relación de abandono emocional con el padre en la primera infancia o en la pubertad puede provocar que mujeres exitosas en diversas áreas, tengan vidas desastrosas en relación con el amor, pareja y todo lo concerniente a lo emocional. Un padre egocéntrico que se dedica a buscar lo que necesita, se le dificulta ver las necesidades emocionales de los otros, no tienen consciencia de que su esposa e hijos necesitan de el.
Con un padre así, cuando niña, tu solo sientes o intuyes que no te amaban o aceptaban como tu pequeño ser necesitaba, de esta manera desarrollas comportamientos basados en las conductas de los otro hacia ti, en este caso, de tu padre y tu madre, incluyendo el conflicto que vivían de pareja. Todo esto conformo tu personalidad a la que llamaremos disfuncional, porque en el presente no funciona, no logra ayudarte a ser feliz, a amarte a ti misma, a convencerte de que te aman y por so no escoges hombres que sepan amar, que puedan amarse a si mismos.
La hija tendrá una relación con la madre exagerada en resentimiento, al creer (quizá inconscientemente) que fue ella quien no permitió que el padre se acercara más a la hija cuando era pequeña, o no se lo pidió.

El controlador

Genera mujeres sumisas y obedientes. Con miedo a soltarse y tomar la responsabilidad de su vida. Actúan como niñas pequeñas buscando aprobación y cuidado. Generalmente buscan hombres controladores y machistas. Suelen sufrir bastante sus relaciones. Con estas mujeres hay que trabajar intensamente su autoestima y desarrollo personal.

El violento

Genera mujeres sometidas y victimas de agresión. Suelen ser conflictivas y poco responsables con su seguridad personal. Con ellas es muy importante trabajar el manejo de límites y el cuidado personal Además de mostrar nuevas opciones de relacionarse.

El súper amigo complaciente

Genera la sensación de que es la figura ideal y no permite a la mujer seleccionar sanamente a su pareja. Con ella habría que trabajar el corte del lazo energético y el desprendimiento. Así podría elegir a su pareja sin falsas expectativas. En general lo ideal es saber soltar nuestro rol de niñas sumisas y actuar responsablemente como las adultas que ahora somos y tomar de la figura paterna lo que necesitamos.

¿Te sientes digna de ser amada?

Cuando se revisa la autoestima de la mujer, es importante revisar la de la madre y aún la de la abuela, porque no solo se heredan los rasgos físicos sino los vacíos emocionales. Cuando una mujer tolera infidelidad del esposo, el valor de la madre como mujer disminuye y la autoestima esta por los suelos, y a la vez esa baja autoestima es transmitida a los hijos, y en la edad adulta buscaran relaciones toxicas, y se buscara repetir la historia de la madre, que en cada relación busca al padre, al padre comprensivo, que la cuide que la colme de mimos y cuidados que el padre no le proporcionó, no el padre ausente, aunque este ahí. El padre puede estar ahí físicamente, pero no en espíritu, no esta comprometido con la relación.
Por eso es importante preguntarse si tenemos relaciones tóxicas que nos hace buscar al padre y su desamor en cada una de las relaciones.

Padres divorciados

Es difícil darse cuenta cuanto resultará afectada la hija como consecuencia del divorcio de sus padres, si es muy pequeña, ya que no puede verbalizar la manera en que vive la separación familiar, cuando se manifiesta el daño es en la adolescencia, o en bajas calificaciones, en problemas alimenticios, o en etapas de crisis de la edad adulta.

Acá el padre en su duelo egocentrado, solo puede ver su coraje y dolor por la pérdida. Mientras el padre no se despoje de la ira que siente hacia la ex-esposa no estará emocionalmente disponible para la hija. Los padres divorciados en muchas ocasiones demuestran su presencia a través de regalos, visitas al centro comercial, de una llamada telefónica, pero esto no llenará el vacío físico y amoroso del padre que la hija necesitaba.

Otra mujer en la vida del padre

Las emociones manifestadas son de tristeza, resentimiento, ira, temor, dolor, deseos de venganza, sentimientos suicidas. Una hija adolescente podría tener problemas como obtener bajas calificaciones, dejar la escuela, embarazos no deseados, entrar en un estado de depresión, enfermedades psicosomáticas, escapar de casa, uso de sustancias tóxicas.
Cuando pensamos en el bienestar de nuestros hijos, planeamos darles aquello que nosotros no tuvimos, luego, cuando llega el primer niño, nos topamos cara a cara con la realidad de que ser padres es mucho más que un tierno sueño. Unos días nos encontramos haciendo las cosas que prometimos no hacer nunca, o cedemos. Necesitamos desarrollar habilidades, a menudo demasiada, que no aprendimos en nuestra familia de origen.
Pero ¿qué ocurre si nuestro padre no fue funcional?. Ahora sanaremos en nuestra vida esta figura. De eso se trata de no pasarnos la vida lamentándose sino de poner manos a la obra en las soluciones. A continuación te dejamos algunos ejercicios de tratamiento que son bastante sencillos.

Ejercicios de Tratamiento

  • Asiste con tu padre o con quien represente su energía (En caso de padre ausente) y pide que te de un abrazo. En tu mente repite “Papá tomo mi energía. Me vuelvo poderosa, segura y fuerte. Acepto mi responsabilidad para conducir mi vida como la adulta que ahora soy”
  • Escribe una carta con puño y letra donde saldes cuentas pendientes con tu figura paterna. Puedes ser explicita pues no la entregaremos a la persona. Solo nos permitirá limpiar nuestra mente. Una vez terminada léela en voz alta y después quémala.
  • Valora las cosas positivas (Por difícil que esto sea en tu caso) esto te permite liberar el resentimiento y la única beneficiada siempre serás tú.
Si quieres mejorar tu vida financiera la figura del padre es determinante. Así que no hay mejor pretexto para buscar sanar nuestra figura paterna que nuestro equilibrio emocional.
  • Herida paterna: Hablando de la herida paterna esta tiene que ver con la confianza básica y con la confianza en el fluir de la vida. Es indispensable ir al origen de los enredos familiares pues es donde se encuentran las raíces de nuestros males.
Si hay algo que reparar no perdamos tiempo y hagámoslo. Reconcíliate con la figura paterna y se agradecida simplemente porque te dio la vida.
Para mujeres que tienen experiencias paternas de naturaleza enfermiza, una reconciliación espiritual le da una sensación de protección que también actúa como factor estabilizante, que es lo propio que le daría el padre: estabilidad, seguridad, fuerza, respaldo.

Carta a mi padre

  • Primer paso: Ponga en manos de Dios o un ser superior a su padre. Por ejemplo; papá que Dios te Bendiga y te ilumine hoy y siempre.
  • Segundo paso: Es una corrección fraterna. Vas a contar tu historia, lo que a ti te dolió, sin juzgar a tu padre. Por ejemplo; papá a mi me dolió que no te ocuparas de mi, que siempre estuvieras preocupado por tus cosas y también me dolió no recibir muestras de afecto de tu parte etc. Cuenta tu dolor
  • Tercer paso: Ve un futuro lleno de amor paz y alegría para tu padre. Ejemplo; deseo un futuro lleno de paz, felicidad, amor y abundancia económica y que Dios te conceda lo que tu tanto anhelas en tu vida. Gracias, gracias, gracias, paz y amor para ti y tus seres queridos.
En definitiva, estas cosas que marcan la vida y el corazón de las personas, tienen que expresarse, charlarse, desahogarse. Hay que sacarlo todo afuera para que adentro nazcan cosas nuevas. Trabaja con cada uno de los ejercicios propuestos y disfruta dándote todo lo que necesitas ahora que eres una adulta. Ya no es tu imagen paterna de niña la que te daña sino la que has forjado en tu mente.
Hagámoslo por nosotras mismas. Aventúrate a vivir de una forma sana emocionalmente. Cuida de ti manejando adecuadamente tus emociones. La presencia de la reconciliación paterna en tu vida te vuelve independiente. Todo desprendimiento va acompañado de una sensación de paz interior.
 

Fuente:   http://consejosdelconejo.com



Un Mil Bendiciones y Una Más
Sol Monasterio
Powered By Blogger